Miradas

Termino la lectura de El último día de Terranova (Manuel Rivas, Alfaguara) con mi libreta llena de anotaciones. Con sus obras me ocurre como a uno de los personajes de esta novela con Pedro Páramo, que están escritas con levadura, que las dejas por la noche y fermentan, se llenan de cosas nuevas.

Acabada la novela pienso sobre el Periodismo.

“¡Maldito periodismo! Es peor que la bicha de coca, joder. Eso de que los cínicos no sirven para este oficio. ¡Qué fracaso, Kapuscinski! Quiso hacer una puta ironía y todo el personal lo tomó en serio. El oficio más hermoso del mundo. ¡Otro vacilón, García Márquez! Quedaría macanudo como grafiti provocador en la Facultad de Periodismo. ¿Sabes lo primero que le conviene aprender hoy a un periodista? A meterse un dedo en el culo. Y a ser un campeón del cinismo”.

Es un fragmento de El último día de Terranova, que no habla del oficio, por cierto, si no de la vida con sus miles de aristas; de la cultura, de la memoria, del ser con, por y a través de los libros. Pero tiene un párrafo magistral sobre el Periodismo con dos de las citas con más alusiones en todos los artículos dedicados a la profesión. Once frases que son un tratado.

Deberíamos tomarnos un tiempo y pensar sobre ellas en unos días de discursos políticos y fronteras de alambre. Y exigirnos honestidad en la mirada, en las palabras y en las imágenes. Lo digo especialmente por fotos como ésta:

image Pierre Crom. GETTY

Se publicó este martes en la portada de El País. Son refugiados en la frontera de Macedonia, Europa, donde la policía les cortó el paso y les lanzó gases lacrimógenos. Vimos a niños llorando y a hombres y mujeres desesperados. Volvieron después a Atenas, junto a otros 30.000 refugiados más. Ante noticias como esta existen dos respuestas: mostrar al débil en su realidad (personas arrancadas de su tierra cuya dignidad les obliga a escapar) o retratarlos como vándalos mientras intentan romper las vallas que les separan de la esperanza. Cada uno decide la mirada. De eso trata el Periodismo.

Pero como decía también Olga Rodríguez en un lúcido artículo que Eldiario.es publicó este miércoles, ser periodista “no es tratar la información como mera mercancía, sino como un derecho fundamental de las sociedades libres y democráticas, teniendo presente la responsabilidad social del periodismo y deseando contribuir con él a provocar algún tipo de cambio y a remover conciencias”.

Son tiempos de compromiso. Tiempos de estar alerta pero no en silencio. Para buscar las formas y las maneras de contar lo que ocurre sin que nos limiten la libertad y los derechos. Tiempos de decencia, rigurosidad y honestidad, de conciencias intranquilas como primer paso para intentar cambiar las cosas. Que sea una realidad depende de la mirada.

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